Estoy en un lugar donde se va a celebrar una ceremonia de ayahuasca. Estoy con Mike y con Noe, su hermana. Llegamos al lugar, aunque nosotros no vamos a participar en la ceremonia ni tomar la medicina, entramos en la sala donde se celebrará el ritual que es un espacio amplio y luminoso. Hay unas veinte personas y no reconozco a nadie.
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Como parte del mismo sueño, aunque lo incorporo como un mini sueño dentro del sueño,
Título: No hay que decirle al sol cuando ha de salir, ni a las estrellas cuando brillar.
Estoy sentada tranquilamente con dos personas que no conozco. Una mujer a la que le veo la cara y un hombre que apenas participa y al que no le veo el rostro. La mujer me habla de sus hijos, un chico y una chica. Con el chico todo anda bien, pero me cuenta que la chica le preocupa porque no está llevando un desarrollo “normal”. A esta cuestión yo le respondo con calma y una naturalidad:
— Cada uno tiene su brillo… Deja que su brillo reluzca a su debido tiempo
A lo que el hombre que está a mi lado que no ha intervenido hasta ese momento dice, dirigiéndose a la señora y después a mí:
— Escucha, escucha esas sabias palabras, ¿puedes repetirlas otra vez?
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Sigo con Noe y Mike , pero en esta ocasión estamos en un andén de una estación de tren. Es de día y el andén está a cielo abierto. Mike está contento y anda haciendo bromas y con un carácter juguetón. Con esa actitud, se pone de espaldas a las vías y voluntariamente salta de espaldas. Cuando cae a las vías de espalda, se oye un "plop", y se le despende la cabeza. Se decapita. Yo, asustada, salto inmediatamente a las vías y veo que llega un tren por la derecha a lo lejos. Al tomar su cuerpo, siento lo ligero que es sin cabeza, lo que me llama poderosamente la atención. Apenas me cuesta retirarle de las vías porque es ligero como una pluma.
Busco su cabeza y no la encuentro, y el tren finalmente llega a la estación y queda parado. Noe, desde arriba me indica donde está la cabeza, lo cual para ir a por ella, tengo que gatear entre los vagones del tren. No visualizo específicamente su cabeza, ni su cara. Cojo la cabeza que es pesadísima, y me cuesta casi llevarla con la fuerza de los brazos, para acercarla hacia el cuerpo. Cuando lo hago escucho que alguien me dice que le mantenga reanimado (supongo que hasta que lleguen los servicios de emergencia).
Interpretación del sueño:
Interpretación y simbología:
Para el inconsciente colectivo:
La cabeza —ese cofre que guarda celosamente los pensamientos, corredor de inmensos laberintos, platónica esfera del universo interior, rectora de la voluntad, maquinadora de todo mal y desorden, lienzo del espíritu, delicado horno de la materia, aposento de la cordura y tálamo de la locura— dicta la creatividad y dirige todos los movimientos.
Separada del tronco, la cabeza ha sido símbolo tanto del victorioso como del vencido guerrero. El joven David pudo con la de Goliat, así como Judit con la de Holofernes, y a Salomé se le sirvió en bandeja de plata la del Bautista. Los guerreros galos conservaban las cabezas de sus enemigos en recipientes con aceite de cedro; y no le iban a la zaga los guerreros celtas.
La cabeza es símbolo del gran poder. No es de extrañar que, en todas las mitologías, los seres más representativos —dioses, héroes o animales— sean imaginados con varias cabezas en los que cabeza y número se unen en una perfecta simbología. Así, dos cabezas tiene Jano como la gran puerta del presente que mira el pasado y el futuro; tres tiene Indra, dios gobernador de los tres mundos: celeste, terrestre, infernal; cuatro tiene el egipcio Amon-Ra, gran señor de los cuatro elementos.
La cabeza es símbolo del espíritu, por lo tanto de la vida. Es ella, como en un esotérico jeroglífico, la que recibe la iluminación astral, la impronta cósmica después de recorrer todos los espacios.
El cráneo, sede de la cabeza, es el gran dibujo del hombre como microcosmos, símbolo de la bóveda celeste, cuenco del alma, por eso venerado por pueblos cazadores quienes conservan los cráneos de los animales como buen augurio. Pero el cráneo humano es, en especial, el símbolo de la condición mortal humana. A veces es presentado como un reclamo para la humildad, pues no a otra cosa invita a pensar la brevedad de todo, aunque será emblema de la piratería. Por creer que en la cabeza se esconden todos los poderes maléficos y los miedos así como todas las virtualidades negativas ocultas, algunos, como los jíbaros, reducían las cabezas de los enemigos capturados con el fin de que aquellos poderes no pudieran salir y atacar a la tribu.
Fuente de la simbología de la cabeza: http://www.denebro.com/leondeneb/simbolos/articulos/cabeza.htm)
Mi interpretación:
La cabeza para mi simboliza el contenedor de la mente, de la razón y de los pensamientos. El significado que le doy al hecho de que en el sueño Mike se quede sin cabeza, está vinculado con cortar con la razón, el pensamiento, deshacerse de lo racional. Acción que se hace voluntariamente y con una actitud de juego, pero que aun así resulta extremadamente violenta, dado al gran peso que le damos a la razón y lo vinculados que estamos a esta parte de nuestro pensar. Lo que se me revela además también con el peso tan enorme de su cabeza y con la ligereza de su cuerpo sin este peso de “lo racional”. Lo que queda también reflejado por la angustia y el miedo que siento y la necesidad urgente de encontrar la cabeza y llevarla junto al cuerpo, para darle de nuevo su “unicidad”.
Este artículo forma parte del blog Bitácora de los Sueños escrito por Diana Tallo.
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